
El silencio no puede existir si no hay sonido, por lo que hay que hacer el ejercicio del silencio para llegar al sonido. El silencio tiene una particularidad, forzar al individuo a conversar consigo mismo, a mirar a si mismo y a conocerse a si mismo. Por tanto este misterio no se encuentra ni se descubre en el mundo, se encuentra y se aprende en el corazón de los humanos que lo buscan para mejorar su existencia. El silencio, aunque parezca raro decir, puede ayudar al ser humano a encontrar respuestas a nuestro propio misterio.
El invierno es silencioso...para que podamos oir los sonidos del Alma.
Yule nos invita a la esperanza, a no temer la oscuridad pues ésta forma parte de la Luz, sin ella no apreciaríamos la Luz.
Feliz solsticio y alcemos los ojos a la Diosa para que nos bendiga a todos con la sonrisa que dibuja la lluvia invernal.
¡Benditos seais!